Cada ciudadano europeo consume en promedio 26 kg de textiles al año, principalmente debido al fenómeno de la difusión del “Fast Fashion” o Moda Rápida. De hecho, nuestra forma de consumir está profundamente influenciada por este modelo en el que constantemente se diseñan nuevos estilos, creando cada año nuevas colecciones y manteniendo bajos los precios.

Tras la grave crisis provocada por COVID 19, en la que incluso las mayores cadenas de distribución tuvieron que hacer frente a muchas dificultades, toda la cadena de suministro del «Fast Fashion» tiene que reconsiderar sus planteamientos de mercado.

De hecho, hoy en día el sistema de ropa ha sido sin duda muy contaminante e intensivo en consumo de recursos. Por otro lado, también representa una parte esencial de nuestra vida cotidiana y de la economía mundial. Es un hecho que hay más de 300 millones de personas empleadas en la cadena de suministro de ropa y esto representa el 60% de toda la industria textil.

A pesar de su relevancia económica, es importante subrayar que la industria textil se basa en recursos no renovables, con 93.000 millones de metros cúbicos de agua utilizados anualmente y una producción de gases de efecto invernadero de 1.200 millones de toneladas de CO2.

En los últimos 15 años hemos sido testigos de un enorme aumento en la producción de ropa, con una duplicación causada tanto por el fenómeno de la Moda Rápida, como por el aumento de las personas que pueden permitirse hacer compras. En particular, hay un mayor volumen de ropa de baja calidad, no apta para la reutilización extendida que apunta a la cantidad en lugar de la calidad.

Hoy en día hay muchas iniciativas que se centran en la reducción de la contaminación producida por el actual sistema de producción textil, pero se centran en los efectos y no en las causas. Por el contrario, un enfoque de economía circular prevé el uso prolongado de la ropa y una menor necesidad de utilizar procedimientos de reciclaje para reducir su impacto contaminante.

En este nuevo tipo de economía textil, las prendas y los tejidos son de mayor calidad a fin de extender su uso por parte de los consumidores y permitirles volver a entrar en la economía después de su uso, evitando así su eliminación. Mediante la promoción del uso repetido de la misma ropa, se obtiene un menor impacto en el medio ambiente que con cualquier otro tipo de reciclaje de tejidos.

El camino a seguir para otorgar un valor duradero, tiene que ver con la necesidad de ofrecer prendas de alta calidad y servicios de reparación.

La producción de tejidos para crear ropa juega un papel importante, y gracias al Módulo de Datatex NOW – CALIDAD, es posible asegurar un alto nivel de calidad del producto, ejecutando controles de calidad de la salud en un momento específico, muy rápidamente tanto en las materias primas como durante el proceso de producción. Todos los valores récord de las pruebas se registran para facilitar la gestión de las tendencias de los productos, ofreciendo productos con un nivel de calidad cada vez mayor.

 Milena Guzzinati